Que la economía no sea motivo de rencillas en la pareja

 

Una de las experiencias más gratificantes que disfrutan los seres humanos es vivir en pareja. Eso, siempre y cuando la convivencia esté basada en el respeto, compromiso, confianza y empatía. La cooperación, buena comunicación, romance y amor también figuran como componentes fundamentales, sin olvidar la importante influencia del factor económico.

La organización de las finanzas es esencial para garantizar el bienestar y la estabilidad de los involucrados. No obstante, ponerse de acuerdo y conseguir el equilibrio en este particular no siempre es tan sencillo como parece. Suele ser motivo de rencillas y, si no se aborda a tiempo, podría generar consecuencias negativas.

¿Diferentes ingresos pueden traer problemas?

Ciertamente, existen muchas parejas que asumen muy bien las diferentes circunstancias e ingresos individuales que perciba cada uno.

Sin embargo, no es nada raro que alguno de los dos tenga un trabajo mucho mejor remunerado que el otro. En ocasiones, el que recibe el mejor salario tiene la posibilidad de ahorrar y tal vez el otro se sienta en desventaja respecto a este asunto.

Asimismo, el que tiene más dinero podría adoptar una posición de superioridad o asumir tácitamente que merecer ciertos derechos adicionales. Por otro lado, algunos hombres que ganan menos se sienten intimidados o hasta frustrados por tal situación, hasta con sentimientos de inferioridad y vergüenza.

Aunque esas diferencias no deberían causar tensiones, por desgracia sí suelen ser objeto de conflicto. En ese sentido, es indispensable buscar una solución equitativa que favorezca a ambas partes.

Aprender a equilibrar los gastos

Lo que para alguien es un gusto, la otra persona puede verlo como un lujo. Es importante saber encontrar el equilibrio y para esto resulta imprescindible organizar la economía de la pareja de manera conjunta.

Cada integrante debe expresar lo que piensa y siente. La comunicación sincera juega un papel muy importante. Es necesario definir una estructura de gastos que favorezca la igualdad, de tal manera que todos estén contentos y satisfechos.

No existe una fórmula mágica y única para equilibrar los gastos. A algunos les ha funcionado abrir una cuenta compartida para realizar aportaciones periódicas y de ahí cubrir las obligaciones fijas mensuales. Otros alternan el pago de las facturas o las dividen.

Si las circunstancias cambian, hay que redefinir los términos de los acuerdos y adaptarlos en beneficio del bien común. Indistintamente del régimen económico que se establezca, es aconsejable ser realmente claro y explícito. Asimismo, te recomendamos lo siguiente:

  • En los temas económicos hay que incorporar el factor confianza, ser transparente y no guardar secretos.
  • Respetar las diferencias y ser flexible contribuye a conseguir el equilibrio. En ocasiones, pudiera suceder que uno de los miembros de la pareja se caracteriza por ser derrochador mientras que el otro es todo lo opuesto. Para mejorar la situación funciona muy bien establecer objetivos en común que ayuden a ambos a ceñirse a lo acordado.
  • Piensa antes de actuar, si te sientes tentado a hacer una compra de gran envergadura, necesitas solicitar un préstamo bancario para pagar una deuda o hacer una inversión para la adquisición de algún bien, siempre asegúrate de conversarlo antes. Hay ciertas decisiones que deben ser tomadas en conjunto, ya que afectan la economía familiar.
  • Utiliza las herramientas bancarias o aplicaciones móviles sencillas para hacer un registro financiero detallado. Elige algo funcional e intuitivo que te ayude a gestionar tus cuentas, tarjetas, ingresos, gastos frecuentes e incluso hacer un apartado para imprevistos y ahorros.

Las ayudas familiares

A veces, los padres de uno de los 2 tienen una posición económica sólida y ayudan, principalmente cuando hay niños de por medio. Aunque esta acción en sí misma no está mal, sería incorrecto convertirlo en una costumbre, ya que la pareja no puede descansar siempre en los abuelos.

Resulta contraproducente proporcionar ayudas familiares de manera regular ya que le impide a la pareja asumir sus propias responsabilidades, se vuelven más dependientes, su interés por ahorrar o invertir desaparece, podrían ser altos consumidores y menos productivos.

Acostumbrarse a la ayuda monetaria de los padres no es saludable para la economía de la pareja. Se crea una vida ficticia que no existe. La mejor manera de generar confianza y ayudar a las parejas a tener autonomía e independencia es limitar el número de ayudas familiares financieras.

En una situación de urgencia, el apoyo económico por parte de la familia se agradece en gran manera. Aunque podría ser planteado como un préstamo para ser devuelto por la pareja una vez solventada la situación, claramente esto depende de las circunstancias y los acuerdos internos establecidos.

Cuando los padres o suegros necesitan apoyo financiero

Otras veces son los padres quienes necesitan la asistencia monetaria de los hijos. Y puede no siempre ser bien visto por yernos/nueras.

En este punto, aunque parezca drástico, las familias deben estar de acuerdo en cuanto a disponer de cierta cantidad de dinero del presupuesto para proporcionar la ayuda financiera requerida a los padres o suegros de la pareja. De este modo, evitarás que surjan fricciones y molestias innecesarias.

A continuación, se ofrecen algunos consejos que te ayudarán:

  • Se transparente con tu pareja y padres o suegros. Analizad cuidadosamente el tipo de ayuda requerida y la capacidad económica.
  • Estableced una cifra específica y la frecuencia de cada entrega. Revisa que no implique la ruina financiera.
  • Jamás ocultes a tu pareja que estás dando dinero a tus padres. Los secretos destruyen la confianza.
  • Evita convertirte en una carga para tus hijos en el futuro. Asegúrate de ser previsor y empieza a reservar una cuota mensual que esté destinada a la jubilación.

Recuerda que más que una obligación, ayudar monetariamente a quien te dio la vida reporta altos niveles de satisfacción y es una forma de demostrar tu agradecimiento. En el caso de que seais varios hermanos, habla con ellos y procurad compartir la responsabilidad.

En definitiva, no permitas que la diferencia de ingresos dentro de la pareja, las ayudas extras por parte de tu familia y el apoyo monetario a los más envejecidos se convierta en un problema con tu pareja. Aprende a equilibrar los gastos de manera conjunta y continua disfrutando del placer de vivir con el ser que más amas.

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